Hacienda Chada

El encargo…
La acción…
Tras sostener reuniones con el equipo gerencial de la viña, así como habiendo hecho un relevamiento de los viñedos, su emplazamiento y aquellos elementos que aparecían como más icónico de su terroir, nuestra propuesta de imagen corporativa para la marca se inspiró en las características geográficas del Valle del Maipo Alto, así como la propuesta comunicacional se basó en dos elementos principales: las particularidades del suelo y el alma del vino –entendiendo como alma el alma de la viña, del terroir; ya que el terroir es lo que queda de un lugar cuando se quita la viña, porque la tierra estaba ahí antes que el vino, y ahí seguirá cuando éste ya no esté-.
La esrategia…
Al definir estratégicamente la marca se optó por el concepto del privilegio de la calidad por sobre la cantidad; esto dado que los vinos que se comercializarían serían Premium, Ultra Premium e Ícono. Vinos que además eran producidos con una dedicación personalizada, casi artesanal. También se determinó como importante el trabajar la denominación de origen, dado el prestigio del Valle del Maipo Alto como una zona de vinos Premium en Chile. Así, trabajamos en base a los conceptos de sobriedad, elegancia y exclusividad, rescatando simbólicamente la geografía del Valle como reminiscencia del terroir.
Propusimos, entonces, una imagen corporativa que representaba la fusión de los conceptos tradicionales del grupo que respaldaba la marca, sumada a la identidad propia que debía tener un vino producido en un valle reconocido mundialmente por la alta calidad de sus vinos tintos.
A nivel conceptual se rescataron las ideas de:
- Denominación de origen
- Vinos estructurados y finos, de gran cuerpo
- Calidad, dedicación y exclusividad; vinos de producción limitada
A nivel gráfico, las ideas anteriores se trabajaron en base a elementos como:
- Los cerros, la pre cordillera
- Los viñedos en sus faldeos
- La sinuosidad de los vientos del Valle



En la imagen de marca definitiva, la curva mayor representaba el viento y los cerros, y las líneas menores los viñedos. Asimismo, el trazo rústico denotaba lo artesanal y el trabajo con la tierra. La simplicidad del dibujo pretendía convertirlo en un símbolo que con el tiempo permitiera reconocerlo como síntesis de la marca, sin necesidad de ser acompañado por el texto.
La tipografía denotaba fuerza, personalidad y elegancia; presentando elementos como el serif, curvas y perfiles, que se unían a los conceptos de hacienda, tradición e historia. Por su parte, la diagramación y disposición de las palabras daba equilibrio a la composición, así como unidad al grupo de elementos, posibilitando la lectura del logotipo como un sello o timbre –otra de las aplicaciones posibles a nivel de packaging-.
Finalmente, los colores corporativos definidos fueron dos: dorado y terracota, acompañados de los neutros negro y blanco.
- Dorado, que denotaba elegancia y exclusividad
- Terracota, que nos hablaba de la tierra y la profundidad de la tonalidad del vino


la comunicación...
Partiendo de la premisa de que sólo los vinos más vulgares comercian con su cuerpo, y que para que un vino sea Premium debe comerciar principalmente con su alma; definimos como proposición central de la estrategia comunicacional que “el vino tiene un carácter que transciende la experiencia sensorial; el vino tiene alma”.
Desarrollamos un relato que daba cuenta de que los vinos con alma son aquellos vinos distintos, guardianes de lo puro, vinos con una historia propia que contarnos. Y que el alma de un vino la sentimos de manera individual,… cada vez que volvemos a descorchar una botella subyace un mismo espíritu que se nos muestra de manera indeleble en nuestra memoria de los sentidos.
Los vinos de Hacienda Chada, por tanto, adquirían una marcada personalidad que los hacía únicos, exclusivos e irrepetibles; elaborados a partir de una materia prima que sólo se podía reproducir fielmente en un lugar específico del mundo.
Así llegamos al concepto central de toda la comunicación de la marca:
En Hacienda Chada no sólo creamos vinos con alma,
sino que ponemos nuestra alma en cada uno de nuestros vinos…


A partir de este concepto, la estrategia comunicacional tendiente a crear marca, así como a diferenciarla en base a un concepto que le fuese distintivo, se sustentaba en el modo que Hacienda Chada utilizaba para la creación de sus vinos… privilegiando la calidad sobre la cantidad, donde el enólogo era un artesano que hacía que cada vino fuese único.
Para traspasar esta filosofía al consumidor, en base a un concepto sintético pero a la vez sugestivo, propusimos desarrollar una estrategia comunicacional que se basaba en que Hacienda Chada era una marca que te entregaba alma de vino.